El resuello regresa poco a poco a mi pecho. Ya puedo coger aire y expulsarlo sin que me fallen las fuerzas. He escogido el silencio -que no la soledad- para asumir mi nuevo estadío, mi mayor reto, mi lucha más grande, mi batalla más descarnada a la que me debo enfrentar.
Vivo intensamente cada hora de mi vida desde hace tres años, pero en mayor grado aún desde hace dos meses. La negación ha sido dueña de mis pensamientos durante unos días tras escuchar las palabras más descarnadas y crudas que una persona que ama la vida puede escuchar; pero ya viene el cielo tornándose de un azul más sereno y con él, regresan los otros colores retenidos tras mis retinas. A su través, todo lo que miro lo veo con el mismo asombro que en mi infancia, cuando la noche vestía los pueblos de luces a semejanza de un árbol de navidad. Porque esto es la vida: la natividad de la explosión más intensa con cada amanecer mientras voy buscando sentarme a la vera del camino, bajo la sombra benefactora de la esperanza redimida.
Ya estoy preparada. refuerzan mi corazón; desarmada y sin una espada que blandir voy caminando hacia mi campo de batalla para librar una lucha sin cuartel contra un enemigo que no se ve porque se ocultaba, silencioso, muy adentro de mí…
De fragmentos literarios de AliciaRosell©®