Hay inquietud ahí afuera. Es otoño, dicen, porque se acortaron los días, porque agosto comenzó a enfriarnos el rostro o porque las hojas caen. Pero yo sé que no es cierto del todo: el tramo último del verano no ha acabado aún. Ni es cierto que las hojas caigan más en estos días. Llevo viéndolas …
Entre limones
“Había limones, y limonero. Y padre, casa y huerto. Las hojas eran reflejos de rayos de luz que me alimentaban. El sol un astro que se vestía de novia sin pararse a mirarme. Pero estaban los limones en su limonero y el padre en la casa y yo con él, en el huerto.
Un aciago día quiso el huerto quedarse huérfano y los limoneros comenzaron a ajarse y todos los árboles frutales enfermaron en silencio. Y el juego de los limones se acabó sin que nadie ganara excepto el paso de los vientos, la lluvia incesante, el calor agosteño y las heladas invernales.
Como un príncipe feliz, yo me aposté a las puertas de mi “jardín” muerto bajo las nieves del riguroso invierno e intenté revivir la estatua del limonero con los cánticos infantiles que mi madre había aprendido desde niña y aún en su madurez, era capaz de recordar.
Pasó el invierno y despertó el limonero de su letargo y se abrió en yemas siendo los muros testigos de tan paradójico acontecer. Y volvieron los limones y el limonero a la casa y al huerto, pero jugaba yo sola a un juego llamado “la vida o el paso del tiempo”. Así, aferrada a sus ramas y con adusto gesto, me reflejé en los espejos de sus hojas y me encontré sola una primavera más después de tantas otras que ya habían sido devoradas por el monstruo que devora los años… “
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Entre limones anda el juego, de “Retratos de la Memoria”, Alicia Rosell.
CUENTO DE FEBRERO (Cuentos con moralina)
“Un bello recuerdo me asalta en mitad del fragor de la noche oscura: somos tú y yo, paseando bajo el mismo paraguas mientras charlamos de mil cosas, dejando tras de nosotros una estela de risas y bromas, puente abajo, caminando y parándonos a cada rato para mejor entendernos. Pasa el tiempo. Ya no puedo …
“EL BESO DE LA MUERTE”
Tengo la romántica idea de que un cuerpo sin vida podrá fundirse con la madre naturaleza si se entrega a la tierra e incluso puede dar paso a otras formas de vida en un último intento por darles continuación. Ni nichos ni urnas pueden cumplir esta entrega.
“RETRATOS DE LA MEMORIA: El padre”
«Hoy me senté en el banco a la sombra del árbol plátano donde estuvimos juntos por última vez cuando todavía hacía poco frío porque el invierno no había hecho sino empezar. Han pasado cinco meses y la primavera discurre hacia el verano sin percatarse de tu ausencia, ni la mía, ni la de nadie. El …